Mi padre sale de viaje, mi madrastra que se llama
Citah y yo estamos solos en casa. Y como dice el viejo y conocido refrán: el hombre es fuego; la mujer, estopa; llega el diablo y sopla y sopla. Esta mujer es increible, tiene un cuerpo perfecto y encima sabe como utilizarlo, me pone la polla bien dura la introduce en su dulce coño y comienza la fiesta...