Eliza Ibarra simplemente robó en un banco y saltó sobre el primer automóvil que vio, ¡solo que él no es su conductor para la escapada! ¡Así que tendrá que mover sus tetas pequeñas y alegres, meter en su coño una la gran polla de un extraño, y cargar toda su bonita cara de semen si quiere salirse con la suya!