Salomé Gil y su hermano, dueños de un bar viven una situación dificil debido a la pandemia del coronavirus. No hay clientes y el gobierno ordenó cerrar todos los negocios por tiempo indefinido. Salomé no tiene otros ingresos y su esposo ha sido despedido de su trabajo. Ella está realmente desesperada. De repente llega un cliente muy liberal con mucho dinero y le ofrece a Salomé buenas propinas a cambio de contacto físico. El hermano de Salomé está irritado y planea echarlo del bar. El tipo se va poniendo cada vez más alocado hasta hacerle propuestas muy sexuales a Salomé.