Malena Doll llegó tarde a la sesión de fotos por culpa del tráfico... ¡y del marido que no le pisa al acelerador! El fotógrafo, ya con cara de pocos amigos, le dijo: “Ya no se puede, ya viene la otra modelo”. Pero ¡zas! la otra modelo llama y cancela. Malena, que no pierde tiempo, se ofrece: “¡Yo le entro!”. El fotógrafo le advierte: “Son fotos más subiditas de tono”, y ella bien puesta: “¡Pos ya qué!”. Al marido lo mandan por tortillas, shampoo, y quién sabe cuántas cosas más, mientras en el estudio se tomaban fotos porno.